domingo, 5 de febrero de 2012

Resucitando de un antiguo eco.
Dormido y ya gastado.
Resucitándome.
Resucitándote.
Dispuesta a regalarte los lamentos de mi alma.
De rodillas escribo en tu nombre.

Mis manos…
Hoy distintas.
Quisieran dejar de sangrar , recordando tus roses.
Y Tu extraña piel dibujada.
Mi voz , no lucha ya.
Pues has apagado su locura.

Sin rumbo, Soy carne viva.
Soy deseo marchito.
Soy tanto como la nada, dentro de tu olvido.


Esta noche.
Con tus pupilas tatuadas en las mías.
Ha despertado en mi, la inconfundible certeza,
De que solo muerta, podré darte fin.



Simplemente. El sabía como sonreír.