domingo, 22 de julio de 2012


Pena inmensa, se derrama por mi cuerpo….ahora…
Mis ojos desfallecen…
Mi sombra, no es sombra…
Jamás, fué asi. Jamás.

La bondad de su voz… aún me cubre.
¿y qué puedo hacer?
Si las heridas arden.
¿esconder? ¿què?
Si soy sangre y tensión.
Si soy temperatura…frio…calor.
Soy la normalidad de una mañana sin abrazos.
Soy la cancion que nadie canta.
Y la poesía mas traidora.         

Solía invocar tu color…
Desde lo mas subterráneo de mis debilidades.
Suerte infiel. Apiádate. En cada suspiro, abandono la vitalidad de mi razón.

De mis intenciones no bebes.
Y la incertidumbre alimentas.

Desgracia…Buenas noches.
Deseo..que asi como tu me arrastras…
el invierno te arrastre.

Vives en mi eternidad…               
y La eternidad, estoy rompiendo.

3 comentarios:

  1. La muerte (o su alusión) hace preciosos y patéticos a los hombres. Éstos se conmueven por su condición de fantasmas; cada acto que ejecutan puede ser el último; no hay rostro que no esté por desdibujarse como el rostro de un sueño. Todo, entre los mortales, tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso. Entre los Inmortales, en cambio, cada acto (y cada pensamiento) es el eco de otros que en el pasado lo antecedieron, sin principio visible, o el fiel presagio de otros que en el futuro lo repetirán hasta el vértigo. No hay cosa que no esté como perdida entre infatigables espejos. Nada puede ocurrir una sola vez, nada es preciosamente precario. Lo elegíaco, lo grave, lo ceremonial, no rigen para los Inmortales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fiel presagio de OTROS, que en el futuro LO Repetirán... hasta el vértigo.
      HASTA EL VÉRTIGO.

      gracias pendejo. genial.

      Eliminar
  2. si te caes, yo estaré ahí para bancarte miles de millones de veces mas, a la espera de q mejores...miles de millonesimas de millones de veces

    ResponderEliminar