miércoles, 18 de julio de 2012

Podrías matarme,
en el instante que mas prefieras.


Muerdo las penas
y el olvido.


Tiempo, tirano seas...
encarcelas mi alma en lo simple de sus caricias.
y entonces, las libélulas despiertan.


Eramos extraños,
que se extrañaron
en la transición del invierno.
Aun reciento la tempestad
de su mirada mejor...


¡Tiempo, tirano seas!
No ceso en la maldición ...
pues te regocijas mientras me llevas descalza y hambrienta,
surcando las consecuencias del valor de dejarme a El.


El, que me violenta con su sonrisa.
El, que me atraviesa. con su silencio.


piérdete...sin mi.
y el síntoma del fin
detonara en mi voz.

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