sábado, 11 de agosto de 2012

El remedio no es santo.
Y ya no está, mi ingenuidad presa.

Inadaptada en la conquista de tu alma terrenal.
Pero nunca cobarde.

Mis deseos transitan sutiles…
Por las horas muertas. Sin volumen, ni temperatura.


Voy a susurrarte el dominio de mis penas.
Cuando nazca tu ausencia.



Voy a perder.
Voy a perder.
Extraño mío.



Marginal suplicio…
Que tu lluvia me acompañe.
Y libertad desvele.

1 comentario:

  1. Tan quemado ya
    quisiera dormir
    escaparme de mi carne
    los amigos siempre tienen
    más y aún más.
    Desconexión total
    pido, de mis sentidos
    para así poder
    descansar. No.
    escucharte más,
    no escucharme más
    quisiera estar en otro
    lugar, lejos de mí.

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