domingo, 30 de septiembre de 2012


Llévame, mi cuerpo es demasiado despreciable para soportar la sospecha de tu amor.

Llévame,  solo contigo y lejos de aquí mi piel acunará la felicidad de nuestras caricias.

Inquieto, me susurras tus intenciones y
el coraje cabalga, en la debilidad de tu voz.

Estás aquí… y el tempo de mi respiración  cautiva tu andar, envenena tus pasos…

Por mí! serás preso.
Por mi! desertarás en la lucha de cualquier otro amor.

En tus ojos, absolutos de sutileza...
Hoy confío.

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